domingo, 27 de marzo de 2011

Las aventuras de un pez fantasioso: ¡Llega tardeeeee!

Las aventuras de un pez fantasioso. Julia Donaldson and Axel Scheffler. SM, 2008.
Versión inglesa de 2007. Tiddler, The story-telling fish. 
Nuestra edición: Alison Green Books, Scholastic Children's Books, 2010.


Haz clic arriba para escuchar cómo leemos nosotros Las aventuras de un pez fantasioso (en inglés).


(Esta reseña se refiere al texto inglés. No he tenido ocasión todavía de echar un vistazo a la versión en castellano por lo que no sé qué tal habrá quedado la rima y el ritmo, que en este libro son absolutamente fundamentales).  

Después de un tiempo, pienso que éste puede ser uno de los cuentos que mejor se leen a menores de dos años (y mayores) de los que tenemos en casa. Tiene un ritmo que fluye sin esfuerzo, llegando a convertirse casi en un rap suave cuando se lee en voz alta. Además, contiene repeticiones y posibilidades de participación, que siempre ayudan mucho a que disfruten los más pequeños.  

El texto
Las aventuras de un pez fantasioso es un cuento sobre un pez pequeñito en tamaño pero matón en lo que a contar cuentos se refiere. Todos los días llega tarde a la escuela y cada día su excusa es una historia más increíble, desde haber estado montando a caballito de mar hasta haberse quedado atrapado en un cofre con un tesoro y haber sido liberado por una sirena. En el cole nadie se cree sus historias excepto el joven influenciable Gallito de San Pedro (no sé si así lo habrán traducido), que está tan emocionado con las historias del pececillo que se las cuenta a su abuelita quien, a su vez, se lo cuenta a un lenguado, difundiéndose así las historias del pececillo por todo el océano. Un día, mientras piensa en su siguiente fantasía, al pececillo le toca vivir una aventura de verdad. ¡Al pobrecito lo pescan!

Por suerte, los pescadores lo devuelven al mar por ser tan pequeñito, pero el pececillo está perdido, asustado y no sabe volver a casa. Pero entonces oye un banco de anchoas cantando un cuento que le resulta muy familiar y sigue su historia de gamba en ballena, de arenque en anguila, de langosta en foca, hasta volver a casa y a su clase, donde, como siempre, nadie le cree excepto el Gallito de San Pedro, que hace algo muy especial por el pececillo al final del cuento.  

Las Ilustraciones
Las vívidas ilustraciones de Axel Scheffler realizadas en pluma, tinta y lápiz, llenas de detalle y expresividad, se animan más que nunca en Las aventuras de un pez fantasioso.

Para cuando compramos Las aventuras de un pez fantasioso, mi hijo ya conocía bien las ilustraciones de Scheffler por The Gruffalo (El Grúfalo) y Room on the Broom (¡Cómo mola tu escoba!), así que enseguida le llegaron las ilustraciones del pececillo. Nos gustan mucho todos los tipos de peces y toda la vida marina -este libro provocó el inicio de la fase de obsesión con pulpos y tiburones de mi hijo- y las escenas en el cole de peces son divertidísimas. Y luego, claro, está el "pez grúfalo" que aparece sin esperarlo en mitad de la historia. Creo que fue una de las primeras veces que vi a mi hijo reírse por algo que no fuera una sesión de cosquillas o un ruido gracioso.  

Aquí hay algunas ilustraciones de Las aventuras de un pez fantasioso:

Doble página, con el pececillo en el centro de la primera y algunas de
sus excusas por llegar tarde representadas en la segunda













Una sirena salvando al pececillo, con un tiburón merodeando 














La abuela del Gallito de San Pedro contando la historia del
pececillo a su amigo el lenguado










¡El pececillo atrapado por la red!



Lectura en voz alta

Cuando compramos Las aventuras de un pez fantasioso y lo leí por primera vez y luego un par de veces en voz alta, tengo que confesar que no estaba muy segura de que me gustara. Había algo en la historia, en concreto en el final, que no me convencía. Pero cuantas más veces lo leíamos en voz alta, más nos metíamos en el ritmo fluido de las rimas y más disfrutaba nuestro hijo. Tiene una musicalidad estupenda y unas cuantas bonitas estructuras repetitivas que animan incluso al más pequeño a participar. Muy pronto se convirtió en uno de nuestros favoritos. 

Las aventuras de un pez fantasioso fue el primer cuento para dormir de nuestro hijo. Siempre le leemos otros cuentos antes de irse a la cama en el sofá, pero Las aventuras de un pez fantasioso fue el primer cuento que llevamos a su dormitorio para leérselo justo antes de que se durmiera.

Una de las cosas interesantes de leerlo en voz alta es los distintos efectos que puede tener dependiendo de la velocidad a la que se lea. Al haber sido el cuento  para dormir de nuestro hijo durante unos meses, nos dimos cuenta de que cuando estaba muy cansado se lo leíamos muy rápido, casi rapeándolo. Perfecto para un niño somnoliento. Pero otras veces, cuando está de un humor más alerta, se lo leemos más despacio y dejando tiempo para parar, mirar, señalar y participar. Es probable que la grabación se sitúe en algún punto intermedio:


Nuestro hijo participa cada vez que la señorita Raya pasa lista en la escuela de peces (la traducción es mía y libre, al no haber tenido acceso a la versión en castellano):

"¿Pececillo? ¿Pececillo?
¡LLEGA TARDEEE!":


Y cada vez que exclaman incrédulos sus compañeros "¡Eso es mentira!", él apoya al pececillo con un sonoro "¡QUE NO! ¡QUE ES VERDAD!


Otros comentarios
Desde los meses de Las aventuras de un pez fantasioso, hemos tenido unos cuantos enamoramientos más breves con El grillo silencioso de Eric Carle, The Snail and the Whale (sin traducción al español), también de Donaldson y Scheffler y con Adivina cuánto te quiero, de Sam McBratney y Anita Jeram, antes de una larguísima historia de amor con la Minibiblioteca de Maurice Sendak (veo que en español fue versionada por Gloria Fuertes en 1977: ¡reedición, por favor!) cada noche, sin perdonar ni una, y recientemente le ha dado por uno de sus libros nuevos, The Boy in the Garden de Allen Say (sin traducción al castellano), pero sé que volverá a Las aventuras de un pez fantasioso algún día.

Las aventuras de un pez fantasioso es "Pedro y el lobo" (de hecho, en algún país se publicó con el título The fish who cried wolf, -El pez y el lobo-) pero sin moraleja pesada. 

En cualquier caso, no puedo evitarlo, sigue sin convencerme del todo el final.

(c) de todas las ilustraciones en este post, Axel Scheffler, 2007. 

4 comentarios:

  1. Qué hermosos blog, disfruto de los modos de leer, de las lecturas en ambas lenguas, y espero más!!!
    Buen año!!
    Marcela

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  2. Muchas gracias por el comentario, Marcela. Me alegra que los disfrutes. ¡Bueno año para ti! ¡A ver si logro actualizar el blog un poco más a menudo este año!

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  3. Acabo de dar con este blog. Mis hijos tienen el libro desde esta Navidad y les encanta!!!

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