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domingo, 30 de julio de 2017

¿Qué leyó Maurice Sendak de niño? Cuatro lecturas de un coleccionista de influencias

Este artículo se basa en una selección de libros presentados en la Mesa redonda La Biblioteca de Sendakcon Gustavo Puerta Leisse y Javier Sáez Castán, dentro del programa de las I Jornadas de Álbum Ilustrado de La Rioja en febrero de 2016. A mí me tocó imaginar/reconstruir el estante de Libros de su infancia

La Biblioteca de Sendak. 


Sendak (el bebé de la foto) se crió en un hogar en el que la biblioteca sería apenas un estante, dos como mucho.

Sus padres eran inmigrantes polacos, su padre era sastre y aunque no le fue del todo mal al principio, hay que recordar que Sendak nació en 1928, justo antes de la Gran Depresión del 29 y el negocio del padre de Sendak se vio muy afectado. Justo en la década de la primera infancia de Sendak, el ambiente en la casa evidenciaba dificultades económicas -no drásticas, pero sí había que cuidar los gastos-.

Las fuentes de los cuentos en la infancia de Sendak eran, por un lado, su padre, que le contaba sus propias versiones, adornadas y medio inventadas a veces de historias del Antiguo Testamento. Por otro lado, mucho cómic. Y luego estaría la biblioteca escolar (que según la describe tampoco era particularmente impresionante en ninguno de los muchos colegios a los que fue).

¿Y si encontráramos la puerta de la biblioteca abierta? ¿Y si no pudiéramos aguantar la tentación de curiosear? 

Estante de Libros de su infancia I. El príncipe y el méndigo, de Mark Twain. 


No fue hasta los nueve años cuando regalaron a Sendak lo que él describe como su primero libro “de verdad”: el primer “libro-libro” de su biblioteca. Fue una edición de 
El príncipe y el mendigo de Mark Twain. Se lo regaló su hermana y sería muy posiblemente esta misma edición de Harper, con ilustraciones de William Hatherell, que se reeditó en 1936, justo antes del noveno cumpleaños del pequeño Maurice. Si no era ésta, hagamos como si lo fuera.

Sendak narra ese primer ritual de acercamiento a un libro “de verdad” y de su propiedad como una experiencia eminentemente sensorial y sensual. Dice:

“Lo primero que hice fue colocarlo sobre la mesa y observarlo durante mucho, mucho tiempo. No porque me impresionara Mark Twain: sencillamente es que era un objeto muy bello. Luego vino el olisqueo. Creo que mi manía de oler los libros empezó con El príncipe y el mendigo. Lo olí porque estaba impreso en un papel especialmente bueno, a diferencia de los Big Little Books de Disney que me habían regalado hasta ese momento [mostrar imágenes], que estaban impresos en papel muy pobre y olían pobremente. El Príncipe y el mendigo no solo olía bien sino que tenía una cubierta laminada, que brillaba. Lo abrí. Y recuerdo que pensé que era muy sólido. Quiero decir, que estaba muy bien cosido, muy apretado. Recuerdo también que traté de morderlo, que imagino que no es lo que tenía en mente mi hermana cuando me lo compró. Lo último que hice fue leerlo. No estaba mal, pero creo que ahí comenzó mi pasión por los libros: por tenerlos, y por hacerlos."


A mí me encanta esta anécdota porque muestra a un Sendak -Maxiano. “Te voy a comer!” le dice al libro. Por otro lado nos muestra también la relación de Sendak con los libros, en la que participan todos los sentidos. Lo mira, lo huele, lo palpa, lo degusta. Le falta acercar el oído y escuchar. Pero en su obra no se olvida del sentido del oído. Sendak tiene en cuenta todas esas dimensiones de nuestro posible conocimiento de la realidad en sus libros.

Entonces, aquí empezaría mi Biblioteca imaginada de Sendak. Con el principio de una biblioteca y el principio de una determinada relación con los libros. Sobre todo, el principio de un gusto por coleccionar. Sendak fue un coleccionista de libros, pero también de objetos, de obras de arte, de manuscritos. Y también, en un sentido más figurativo, fue un gran coleccionista de recuerdos, imágenes, olores, sensaciones, sentimientos. Y no es un coleccionista estéril, de esos que compran, amasan y guardan. Sendak conversa con los artículos de sus colecciones en su obra.

Así pues, elijo este primer tomo de la Biblioteca de Sendak por ser el primero que el niño Sendak consideró digno de entrar en la Biblioteca con “B” mayúscula. 

Otros autores que acompañaron a Mark Twain en este estante de sus lecturas de infancia fueron Herman Melville (que fue, literariamente hablando, uno de los grandes amores de Sendak, también en su vida adulta) y Robert Louis Stevenson.

Estante de Libros de su infancia II. Mickey Mouse 

Pero si realmente fuéramos a imaginar y organizar la Biblioteca de Sendak por estantes y acercarnos concretamente al estante de Libros de su infancia, al lado de estos libros con “L” mayúscula encontraríamos un buen número de esos otros, hechos con papel de mucha peor calidad y con olor mucho menos embriagador. 

Encontraríamos un buen número de Big Little Books (Grandes Pequeños Libros), protagonizados por su querido Mickey Mouse.


A mí me gustaría preguntarme si fue precisamente Mickey quien le “presentó” a Stevenson, mediante este Mickey Sails for Treasure Island (Mickey navega a la isla del tesoro)

Y a Jonathan Swift, con este Mickey Mouse in Pigmy Land (Mickey Mouse en la tierra de los Pigmeos) (al parecer el favorito de Sendak).

Pero sobre todo, me gusta pensar y ver en Mickey Mouse al Mickey (en español, Miguel) de La cocina de noche de Sendak: 





Estos libros, el segundo ejemplo del estante de su infancia, también marcan el inicio de otra colección. Sendak fue uno de los mayores coleccionistas de memorabilia de Mickey Mouse -pero no de cualquier época -específicamente de la época de Mickey que él consideraba su edad dorada, que coincidió con las primeras películas en color, a mediados de la década de los 30-. Nacieron el mismo año, él y Mickey.

Cito también a Sendak aquí. Se refiere a Mickey como la antítesis de todos esos niños rubios y perfectitos de las películas. “Mickey era distinto”, dice Sendak. 


"Él era nuestro colega. Mis hermanos y yo masticábamos su chicle, nos cepillábamos los dientes con su cepillo, jugamos con él en la calle, y leíamos todas sus aventuras. Lo mejor era que nuestro colega era una estrella de cine. En la sala de teatro a oscuras, la repentina aparición de su rostro brillante, salvaje,  radiante, me llenaba de un placer intoxicador, sin diluir.
En la escuela, aprendí a despreciar a Walt Disney. Se me dijo que corrompía el cuento de hadas y que era la personificación del mal gusto. Empecé a sospechar de mi respuesta instintiva a Mickey. Tardé cerca de 20 años en redescubrir el placer de esta primera respuesta y fusionarlo con mi trabajo como artista.”

Yo creo que aquí hay un punto interesante sobre las referencias de Sendak, y de cómo mezcla la alta cultura y la baja, sin dar más peso a una que a otra. Juega con idéntico cariño con una y otra y los fusiona sin miramientos. Mirado así, ¡qué manera tan fantástica de vengarse de la escuela!

Estante de Libros de su infancia III. Mother Goose (Mamá oca) / Nursery Rhymes

El tercer libro que voy a coger del estante de lecturas infantiles es un tomo de Mother Goose. Si no tuvo ninguno en la biblioteca de casa, no cabe duda alguna de que le hubieran leído rimas de Mamá Oca en la escuela. Elijo Mamá Oca, pero me refiero también en general a las Nursery Rhymes, a la tradición inglesa de canciones y rimas infantiles en general, donde podríamos incluir también a Edward Lear si quisiéramos.

Es probable que a través de recopilaciones de este tipo Sendak conociera por primera vez a Kate Greenaway, a Randolph Caldecott.

Estos libros son una influencia grande en cuanto a la ilustración y tema también. No sólo es importante Mamá Oca en Dídola Pídola Pon, sino que está presente, en forma de ecos textuales en muchas de sus obras. 

Dos de sus libros son precisamente versiones ilustradas de pequeñas nursery rhymes:

Héctor Protector y Cuando yo iba por el mar
We’re all in the Dumps with Jack and Guy.


A mí una de las cosas que me interesan específicamente es como las nursery rhymes influyen en la propia escritura de Sendak (el chicle que menciono aquí). Sendak toma el modelo de texto de las nursery rhymes. Yo creo que esto es uno de los elementos que dan forma a la interesante unidad musical de sus textos.


Estante Libros de su infancia IV: Peter Rabbit de Beatrix Potter

Otro libro que podríamos sacar del estante de lecturas infantiles, aunque es posible que Sendak no lo descubriera a fondo hasta ya adulto, es Peter Rabbit (Perico el conejo) y todo Beatrix Potter.



¿Por qué Peter Rabbit? Peter -Perico, en la versión española- es uno de los muchos precursores de Max. Peter también hace un viaje de ida y vuelta: vuelve y cena, pero en su caso la sopita calentita se la toman sus hermanos, que han sido buenos. Él ha comido ya tanto en el huerto del Sr. MacGregor que tiene dolor de barriga y se tiene que conformar con una manzanilla.

Sendak consideraba a Potter como una “Mini-Jane.Austen”. Decía de Peter Rabbit: 


“Peter Rabbit es letal – mira lo que le pasa. Logra escaparse no porque sea listo sino por pura suerte. Y el libro deja claro que es por suerte que no le han comido. Pero la madre está allí para perdonarlo. Es uno de los modelos de Max. La madre le avisa del peligro pero él no se puede aguantar. Y casi muere."

Como con Mickey Mouse, Sendak se volvió coleccionista no solo de libros de Beatrix Potter, sino de algunos de sus objetos, como los dos bastones que devolvió a la Beatrix Potter Society en su testamento. Era lo que se llamaría ahora un “friki” de Beatrix Potter. 

Aquí vemos una famosa foto de Beatrix Potter a la entrada de su casa, y a Sendak en una de sus visitas a Inglaterra, replicando la foto.



Y aquí vemos esa misma casa ya en uno de los libros ilustrados por Sendak (El Gran Libro Verde, con texto de Robert Graves).

De hecho, es en éste libro donde Sendak rinde su homenaje más explícito a Potter. 
Aquí vemos un dibujo de la habitación de Potter, y al lado, la habitación de los tíos del niño de El Gran Libro Verde.


Unos conejitos de Beatrix Potter y el niño leyendo el Gran libro verde en lo que podría ser la misma casita del jardín.

Pero yo lo he elegido también por su tamaño. Un precursor de la Minibiblioteca: libros para manos pequeñas.

Lo que realmente une a Sendak y a Potter para mí como autores, sería esa capacidad de observación penetrante y productiva. Sendak observaba a niños y Potter a animales-niños, y ambos observaban sin imponer y recreaban sus observaciones en ficción dando libertad a los personajes sobre las páginas. 

Y aquí acaba esta incursión furtiva en la Biblioteca de Sendak. Nos vamos antes de que nos pillen. 




BIBLIOGRAFÍA

"Questions to an Artist who is also an Author. A Conversation between Maurice Sendak and Virginia Haviland." 1970. Quarterly Journal of the Library of Congress. Octubre 1971. 

Sendak, Maurice. Caldecott and Co. Notes on Books and Pictures. Michael di Capua Books, Farrar, Straus & Giroux. 1988. 

Lanes, Selma G. The Art of Maurice Sendak, 1980. New York: Abradale Press / Harry N. Abrams, 1993. 

Maguire, Gregory. Making Mischief. A Maurice Sendak Appreciation. William Morrow, Harper Collins, 2009. 

2 comentarios:

  1. Qué paseo fantástico por el universo Sendak.

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  2. Estás dándome a conocer autores que ya estoy incluyendo en nuestra pequeña biblioteca doméstica... Algunos de los descatalogados los he podido localizar en la biblioteca.Es un tipo de literatura, la que recomiendas, bastante diferente de la que suelen recomendarte cuando vas a comprar a una librería. Gracias.

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