lunes, 28 de febrero de 2011

Donde viven los monstruos: ¡Que empiece la juerga monstruo!

Donde viven los Monstruos de Maurice Sendak, 1963.
Edición española: 18ª ed. Madrid : Alfaguara, 2009. Traducción de Agustín Gervás.
Nuestra edición: Where the Wild Things Are, by Maurice Sendak. The Bodley Head. London, 1993. Reimpresión de 2008.  


(Esta reseña se refiere a la versión en inglés, aunque se cita la edición en español)
Donde viven los monstruos, uno de nuestros favoritos indiscutibles, tiene un texto que desborda fantasía y que engancha con su tremendo ritmo, tiempo y musicalidad, junto con unas ilustraciones sensacionales en pluma, tinta y acuarela que te cautivan y te sumergen en el mundo de Max, haciendo que quieras levantarte de un salto y ponerte a bailar en la juerga monstruo cada vez que lo lees. Es un verdadero placer leerlo en voz alta. 

El texto
Donde viven los monstruos cuenta el viaje de un niño llamado Max desde la reclusión solitaria de su cuarto, al que le han mandado 'sin cenar' -como dirían ahora, 'a pensar'-, hasta donde viven los monstruos y su posterior regreso a su acogedor cuarto y al calor de su cena.

El cuento comienza con Max disfrazado de lobo, corriendo por toda la casa haciendo travesuras de todo tipo hasta que le mandan a la cama sin cenar. En la soledad de su cuarto, Max crea un mundo frondoso de bosque con lianas que le lleva 'a través del día y de la noche, entrando y saliendo por las semanas, saltándose casi un año hasta llegar donde viven los monstruos'. Aquí le espera un grupo de aparentemente terroríficos monstruos ruge-rugidos, cruje-dientes, ojos-en-blanco y muestra-garras. Max logra domarlos mediante el truco de 'mirar fijamente a los ojos amarillos de todos ellos sin pestañear una sola vez' y las criaturas, que vistas más de cerca resultan casi bobaliconas y del todo inofensivas, tienen miedo y le hacen rey de todos los monstruos. Entonces, empieza la juerga monstruo hasta que Max les ordena a todos que paren y les manda a la cama sin cenar. De repente, el niño se siente solo y no tan monstruo. Así que renuncia a ser rey de los monstruos y decide volver a su cuarto, donde comprueba que le espera su cena, y que sigue caliente.

¡Qué descripción tan estupenda de una rabieta!

Las ilustraciones
Estas son algunas de nuestras ilustraciones favoritas del libro:

En ésta, nos gusta el dibujo del monstruo en la pared, firmado por Max.  

En ésta otra, nos encanta la expresión de Max, desafiando a la rabia y al aburrimiento con la imaginación:







Y ésta es una de nuestras ilustraciones favoritas de las de la juerga monstruo: 

Uno de los muchos pequeños detalles que me gustan es que las primeras ilustraciones del libro están insertas en un marco que va haciéndose progresivamente más estrecho en cada página, a la par que la imaginación de Max se adueña de la situación, hasta que desaparece del todo y la ilustración cubre la página entera. Me gusta el hecho de que la realidad comienza enmarcada y que, tras pasar por el tamiz de la imaginación, acaba sin marco, más llena.   

Lectura en voz alta
Le compramos este libro a mi hijo antes de que naciera y se lo leímos casi desde el principio. 

Tiene un texto de esos que te salen solos por la boca desde la primera vez que lo lees. Siendo un bebé muy pequeño, nuestro hijo parecía disfrutarlo, animándose con cada interjección y escuchando el suave runrún de la musicalidad de otras partes del texto (hablo siempre del texto en inglés).  

Las primeras partes que atrajeron su atención y le hicieron reír eran evidentemente las partes donde Max dice ¡QUIETOS! y ¡YA BASTA!", acompañados por expresiones faciales y movimientos de mano exageradamente autoritarios de sus padres, y, por supuesto, la juerga monstruo, para la que emitíamos interesantes ruidos de tambor, alargando la escena un poco más de lo normal.  

Para cuando ya había aprendido a pedirnos que le leyéramos ciertas partes de nuevo, le fascinaban los terribles rugidos, el crujir de los dientes, el movimiento de los ojos y la exhibición de las garras de los monstruos. ¡Otra! ¡Otra! nos decía. Y ¡Otra! ¡Otra!.  

Ahora, a los 23 meses, le sigue encantando la juerga monstruo y el rugir y crujir de dientes, pero también le encanta el hecho de que la comida siga calentita al final. 

Siempre decimos la palabra 'nosh' (un equivalente a 'papeo' en español, pero más habitual en niños que su equivalente aquí). Será porque fue la primera palabra que aprendió para referirse a la comida y 'supper' (cena) no se la sabía. Además, nunca la utilizamos en casa. 

(C) Copyright de todas las ilustraciones de este post, Maurice Sendak, 1963

6 comentarios:

  1. Esta es una historia que nos impulsa a mantener nuestros ojos siempre puestos en nuestros niños, en sus carencias, virtudes, sueños, etc. A no permitir jamás que se sientan solos o que alberguen en sus corazones el sentimiento del abandono, mi deber es hacer de mis hijos, seres felices para este mundo! un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Gracias por el comentario, Alelie. Sí que es una historia especial, sí. ¡A mí sencillamente me parece una genialidad!

    ResponderEliminar
  3. Este libro lo acabo de conseguir. Se lo he leido a mi hijo de dos años y le ha enconatdo desde el primer momento. Max, se ha hecho nuestro héroe consentido. Creemos que este libro, de hecho Max, es un cómplice de nuestro hijo, que le motiva a crear su propio escenario de libertad y de imaginación. Un abrazo¡¡¡

    ResponderEliminar
  4. Gracias, Alicia, por leer y por comentar! Un abrazo, Ellen.

    ResponderEliminar
  5. Cuando era muy muy pequeño recuerdo que en el colegio siempre que nos dejaban un rato para jugar a juegos o leer cuentos iba rápidamente a buscar a la estantería "Donde viven los Mosntruos", fue casi mi primer libro, y lo releí miles de veces aprendiendome cada detalle de las ilustraciones. Al curso siguiente me pasaron a otra aula y no volví a leer ese cuento, y con el paso de los años lo fui olvidando.
    Hace unos pocos años de algún modo volvió a mi memoria, aunque era incapaz de recordar el título, por suerte en aquel entonces se llevó al cine una "libre adaptación del cuento" y pude poner nombre a esa parte tan importante de mi infancia y de mi vida como lector.
    Tiempo después recibí como regalo por parte de mi pareja un ejemplar del cuento, lo conservo como una de mis posesiones mas preciadas y aún de vez en cuando vuelvo a abrirlo para dejarme atrapar por su magia.

    Enhorabuena por el blog, me ha encantado.

    ResponderEliminar
  6. Q buena página, quiero empezar a leerle a mi.hijo libros o cuentos que no sean los populares, historias mas mágicas como where the wild things are, vimos la película y nos encantó, espero sigan sugiriendo mas títulos.... Saludos

    ResponderEliminar