Lo primero, muchas gracias por vuestra paciencia. Hemos tardado un poco más de lo que hubiéramos querido, pero hemos estado un poco inundados de trabajo y de lío por aquí por las "oficinas" de Lo leemos así.
Este año anunciamos el concurso con bastante antelación, y además, al inicio de la pandemia del coronavirus. ¿El resultado? ¡69 participaciones en el concurso!
Nunca habíamos tenido una participación tan alta, así que podéis imaginar nuestra emoción.
¿Y el nivel? Cuando decimos que nos lo habéis puesto realmente difícil para elegir, os aseguramos que no lo decimos por decir. Tantas participaciones, tan diferentes, algunas de ellas lecturas de niños y niñas de todas las edades, otras de personas adultas con un nivel de narración profesional en algunos casos, casi profesional en otros. Y otro grupo de lecturas donde se zambulle la familia al completo. Un verdadero gozo para los oídos.
Requete contentos estamos en Lo leemos así. Requete requete requete contentos.
Hemos disfrutado mucho de vuestras lecturas y hemos descubierto algún que otro libro que no conocíamos gracias a ellas. ¡Gracias!
Todos los años, buscamos un sombrero que quitarnos ante todos los participantes, y este año no queremos ser menos respetuosos y agradecidos:
A todos los que lo intentaron pero no llegaron a tiempo, os recordamos que nos encanta recibir sorpresitas incluso en momentos donde no haya ningún concurso activo, así que podéis enviarnos vuestra grabación cuando queráis. Nos encantará que compartáis vuestras lecturas y formas de leer con nosotros.
Cada una de las participaciones transmite a su manera el gusto por la lectura compartida: el placer del momento tranquilo, del momento alborotado de gritar la palabra que sigue, los vínculos intelectuales y las conexiones ficcionales que se establecen al leer con los hijos (o los sobrinos o los hermanos), por no hablar del gusto que da acurrucarse y compartir cariño físico también mientras se lee. ¡Enhorabuena a todos!
Sé que siempre se dice, pero hemos sudado la gota gorda para tomar la decisión. Con tal variedad de registros, estilos y contextos daba ganas de establecer categorías y dar 3 o 4 premios en lugar de uno solo, pero no puede ser. Sin más preámbulos.
La lectura ganadora es... (El premio es para...)
¡TACHAN, TACHÁN!
Diana, Félix, Adriana y Carlos leyendo Doctor de Soto, de William Steig.
Atención
Qué nos contaron:
Soy Diana Romero, amante de la literatura infantil y sobre todo, si esos libros generan, pensamiento.
Soy
Administradora Industrial, pero a mí lo que más me gusta, es el mundo de la
literatura. He encontrado personas, cuentos, estudios, que llenan mi alma y por
eso es que la lectura en voz alta y el deseo de crear algo valioso, forma parte
muy importante de mi existencia y lo he transmitido ya en mis hijos.
Me da mucha
risa que para esta lectura, en la que mi hijo mayor Félix es el narrador,
Ariadna hasta se sintió triste por ser la Señora de Soto, porque casi no
participa jajaja.
Elegimos Doctor de Soto porque
aborda los conflictos a los que tenemos que enfrentarnos. Particularmente,
entre cumplir un trabajo o misión y defender tu propia vida.
Teniendo en
cuenta que el zorro es caracterizado por su astucia podría suponerse otro
final, pero logran vencerlo con base en el análisis y consciencia de
sus decisiones. No podemos garantizar quedar libres de riesgos o decidir la
mejor ruta; no sabemos el futuro. Pero, al menos meditarlo, pensarlo, analizar
consecuencias, nos puede llevar a un lugar más cercano al que realmente
queremos.
Qué nos ha gustado: ¡Nos ha gustado todo! Es una lectura que se han preparado muy bien, pero no está sobreactuada en ningún momento. Lo pasa bien toda la familia durante la lectura pero al mismo tiempo es una lectura en voz alta para que los que escuchamos podamos disfrutar - muy ricamente - de la historia, regalándonos una lectura fácil de seguir y con la que conectar desde principio a fin.
Las voces de Diana, Carlos y Adriana son buenísimas, pero es la narración estupenda y absolutamente enganchadora de Félix que lleva el peso de una manera extraordinaria.
Se percibe un gusto y un disfrute por la lectura en voz alta, y por el gusto por una buena historia, que comparten todos los miembros de la familia.
No se lucen cada uno individualmente, sino que hacen lucir la historia.
Un ejemplo de que una lectura "trabajada" (preparada, con voces diferentes) no tiene por qué sonar artificiosa.
Hay veces que nos lo podemos pasar muy bien, pero no es tan entusiasmante oirlo desde fuera. Esta lectura consigue transitir ambas cosas.
De hecho ha estado entre las participaciones finalistas hasta hoy mismo. Realmente, muy muy muy buena la lectura. Una familia hecha para leer en voz alta :) Por eso, la lectura de Adriana se lleva nuestra primera mención especial.
¡Enhorabuena, familia! Recibiréis un correo personalizado comunicándoos que habéis ganado y viendo cómo podemos organizar el envío del premio.