Ayer hizo 50 años desde que Maurice Sendak regaló a los niños de entonces, de hoy y de mañana un espejo de papel en el que adentrarse, asombrarse y ver retratado su mundo interior de conflicto entre frustración, rabia e incomprensión, por un lado, y la necesidad de dar cabida al formalmente inconsecuente pero emocional y moralmente necesario perdón mutuo, por otro.
Donde viven los monstruos es una oda a la fantasía como herramienta emocional e intelectual fundamental y a la literatura como viaje de evasión temporal que, lejos de llevarnos a evadir la realidad, nos deja con los pies más plantados en la tierra al depositarnos tras el vuelo.
Esta es la traducción del texto con el que, en su día, la editorial Harper & Row anunció la publicación del libro:
Hace casi tres años, inauguramos este blog con una reseña precisamente de Donde viven los monstruos. Decíamos entonces que "Donde viven los monstruos, uno de nuestros favoritos indiscutibles, tiene un texto que desborda fantasía y que engancha con su tremendo ritmo, tiempo y musicalidad, junto con unas ilustraciones sensacionales en pluma, tinta y acuarela que te cautivan y te sumergen en el mundo de Max, haciendo que quieras levantarte de un salto y ponerte a bailar en la juerga monstruo cada vez que lo lees. Es un verdadero placer leerlo en voz alta".
Donde viven los monstruos es una oda a la fantasía como herramienta emocional e intelectual fundamental y a la literatura como viaje de evasión temporal que, lejos de llevarnos a evadir la realidad, nos deja con los pies más plantados en la tierra al depositarnos tras el vuelo.
Esta es la traducción del texto con el que, en su día, la editorial Harper & Row anunció la publicación del libro:
PDF tomado de http://www.philnel.com/2013/10/15/wildthings/ |
Este es el lugar donde viven los monstruos…
Si tienes más de ocho años, puede que no lo reconozcas, o
que no lo recuerdes.
Pero en cuanto le muestres a cualquier niño un ejemplar de
DONDE VIVEN LOS MONSTRUOS, descubrirás que Maurice Sendak, una vez más, en una
historia con ilustraciones incomparables a todo color, ha vuelto a “dar forma a
las fantasías de millones de niños.”
“Este alquimista de la imaginación de la infancia”, como se
refirió a él recientemente el New York Times Book Review, “sabe que los niños
viven en el asombro, un estado que les abre ostensiblemente a la alegría, al deseo y a un mundo
repleto de posibilidades repentinas y terroríficas.”
Todos los niños se verán a sí mismos en Max, el héroe de
DONDE VIVEN LOS MONSTRUOS, un niño vestido con un traje de lobo al que envían a
su habitación por portarse “como un monstruo”. De repente las paredes se esfuman, se deja caer por ahí un océano y Max sale a navegar y a convertirse en
rey de todos los monstruos: en el
monstruo más monstruoso de todos.
Para compartir el deleite de tus hijos o de cualquier niño amigo que tengas, pídele a tu librero un ejemplar de DONDE VIVEN LOS
MONSTRUOS. Pero apresúrate… la voz no tarda en correrse.
[¿No es fantástico que una editorial se dirija a adultos y asuma que pueda tener "amigos niños"?].
Hace casi tres años, inauguramos este blog con una reseña precisamente de Donde viven los monstruos. Decíamos entonces que "Donde viven los monstruos, uno de nuestros favoritos indiscutibles, tiene un texto que desborda fantasía y que engancha con su tremendo ritmo, tiempo y musicalidad, junto con unas ilustraciones sensacionales en pluma, tinta y acuarela que te cautivan y te sumergen en el mundo de Max, haciendo que quieras levantarte de un salto y ponerte a bailar en la juerga monstruo cada vez que lo lees. Es un verdadero placer leerlo en voz alta".
Mi hijo no tenía ni dos años, y entonces, la lectura en voz alta se centraba sobre todo en la tremenda fuerza sonora del texto. "Tiene un texto de esos que te salen solos por la boca desde la primera vez que lo lees.", decíamos. "Siendo un bebé muy pequeño, nuestro hijo parecía disfrutarlo, animándose con cada interjección y escuchando el suave runrún de la musicalidad de otras partes del texto (hablo siempre del texto en inglés). Las primeras partes que atrajeron su atención y le hicieron reír eran evidentemente las partes donde Max dice ¡QUIETOS! y ¡YA BASTA!", acompañados por expresiones faciales y movimientos de mano exageradamente autoritarios de sus padres, y, por supuesto, la juerga monstruo, para la que emitíamos interesantes ruidos de tambor, alargando la escena un poco más de lo normal. Para cuando ya había aprendido a pedirnos que le leyéramos ciertas partes de nuevo, le fascinaban los terribles rugidos, el crujir de los dientes, el movimiento de los ojos y la exhibición de las garras de los monstruos. ¡Otra! ¡Otra! nos decía. Y ¡Otra! ¡Otra!".
Ahora, ya con cuatro años y medio, todos estos elementos siguen estando muy presentes, pero es fascinante ver cómo se van completando las capas de comprensión y cómo va evolucionando su relación con el libro.
Es ahora cuando más van apareciendo esos otros elementos, más relacionados con esas sutiles y cautivadoras apelaciones al inconsciente que tan bien domina Sendak. Es ahora cuando empezamos a ver y a maravillarnos de cuánto consigue contener Donde viven los monstruos. No es fácil superar unas constricciones impuestas por los adultos a menudo incomprensibles desde la perspectiva de los niños. No es fácil para un niño encontrar el equilibrio justo entre la lucha por su propia voluntad e identidad y la necesidad de amar y sentirse amado. No estamos sugiriendo que Donde viven los monstruos proporcionan soluciones a estas dificultades, pero desde luego que las aborda, y de una manera que habla directamente a los niños. ¡Claro que una juerga monstruo de cuando en cuando tampoco viene mal!
¡Que cumplas mucho más, Donde viven los monstruos!
Escucha aquí nuestra grabación (en inglés) de Donde viven los monstruos con musiquita y todo.
Ahora, ya con cuatro años y medio, todos estos elementos siguen estando muy presentes, pero es fascinante ver cómo se van completando las capas de comprensión y cómo va evolucionando su relación con el libro.
Es ahora cuando más van apareciendo esos otros elementos, más relacionados con esas sutiles y cautivadoras apelaciones al inconsciente que tan bien domina Sendak. Es ahora cuando empezamos a ver y a maravillarnos de cuánto consigue contener Donde viven los monstruos. No es fácil superar unas constricciones impuestas por los adultos a menudo incomprensibles desde la perspectiva de los niños. No es fácil para un niño encontrar el equilibrio justo entre la lucha por su propia voluntad e identidad y la necesidad de amar y sentirse amado. No estamos sugiriendo que Donde viven los monstruos proporcionan soluciones a estas dificultades, pero desde luego que las aborda, y de una manera que habla directamente a los niños. ¡Claro que una juerga monstruo de cuando en cuando tampoco viene mal!
¡Que cumplas mucho más, Donde viven los monstruos!
Escucha aquí nuestra grabación (en inglés) de Donde viven los monstruos con musiquita y todo.
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Sin duda, felicidades a "Donde viven los monstruos", cuento mágico y redondo, de texto e ilustraciones perfectas que sigue llegando a lo más hondo de sus lectores. Pero también felicidades y agradecimiento infinito a vosotros por esta exquisitez de grabación que nos habéis regalado: voces, música, montaje,... ¡qué calidad y que delicadeza!.
ResponderEliminarMª José
Muchas gracias por el comentario. ¡Lo pasamos muy bien haciéndolo!
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