The First Picture Book. Everyday Things for Babies.
De Mary Steichen Calderone y Edward Steichen.
Con epílogo de John Updike.
Edición original: 1930. Library Fellows of the Whitney Museum.
Edición actual: Fotofolio, 1991.
En una reciente visita a Los Ángeles, encontré a la entrada de la extraordinaria librería Arcana una diminuta sección dedicada a libros infantiles. Y repasando la pequeña selección, di un brinco de alegría al encontrar esta gran maravilla de la que había oído hablar pero que nunca había tenido oportunidad de leer y mirar bien.
Se trata de un primer libro de imágenes (fotográficas) específicamente concebido para bebés, siguiendo los lineamientos de la educación progresista explorada por la Oficina de Experimentos Educativos (Bureau of Educational Experiments -que posteriormente pasó a llamarse Bank Street College of Education, nombre que aún mantiene hoy, y que también mencioné en este post sobre Sendak y sus ventanas).
Con imágenes realizadas por el fotógrafo Luxemburgués-americano Edward Steichen, a petición de su hija Mary (Steichen) Calderone (finalmente más conocida por su labor en el campo de la educación sexual que en el de literatura infantil -en el obituario del New York Times se refieren a ella como "la gran dama de la educación sexual"-), el libro muestra una colección de sencillos bodegones de objetos cotidianos escenificados para bebés.
En casa hemos disfrutado mucho de las imágenes, y yo personalmente del epílogo de Updike también. En lo que sigue comparto algunas imágenes más del libro, acompañadas de citas interesantes del epílogo.
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A mi hijo, de ocho años ya, le gustan que los zapatos estén usados, porque así piensas más en los tuyos que si en la foto estuvieran nuevos. |
Me encanta el contraste entre esta foto y la primera, donde aparece la taza con el pan tostado. En la primera el niño mira el mundo que tiene delante; en esta el niño mira el mundo que deja atrás, camino del juego quizás. (Lo leemos así) |
"La cámara ve tanto, que un poquito puede ser más que suficiente. Una sola manzana, un plátano y un racimo de uvas en un plato, adquieren todo el peso comestible de un aparador repleto de comida de Chardin." (John Updike) |
De todos los sitios donde pudo colocar la muñeca, Steich elige ponerla en el suelo, apoyada casi casualmente (da la impresión de que bien podría haberse caído) en una silla de tamaño infantil. El ángulo refleja la perspectiva del bebé, de pie, a punto de coger a su muñeca. (Lo leemos así) |
"Entre las cualidades llamativas de las fotografías solemnes de Steichen de objetos comunes destaca su carácter amenazante – el despertador de cara gigante; la cama como jaula, el teléfono negro manco, los bloques de cantos afilados dispuestos en orden militar, el grifo de agua caliente con su nariz que escalda." (John Updike)
"La cama como jaula" (John Updike) |
"Los bloques de cantos afilados dispuestos en orden militar." (John Updike) |
"En mi primera casa, donde viví hasta los trece años, el baño -con sus manchas, su fontanería conectada por los bajos fondos – me asustaba. Para un niño muy pequeño, un hogar contiene zonas alegres y soleadas y rincones de misterio y magia. La zona alrededor de nuestro piano, por ejemplo, en su pequeña y rara vez visitada “salita del piano”, estaba cargada con una electricidad siniestra para mí incluso antes de que recibiera clases de piano y pasara apuros para descifrar la música, que venía en grandes libros planos, embrujados con imágenes de un Mozart delgaducho, con su cola de cabello blanco y de Mussorgsky con sus ojos decaídos y legañosos. Encima del piano, había un nido de curiosidades -un tapete rojo desgastado de diseño laberíntico oriental, una caja de metal color marrón chocolate que escondía documentos ilegibles y de capital importancia, un pequeño tigre de latón, sus rayas hechas con incisiones, su boca en pleno gruñido, y la barriga estampada con la palabra CHINA. Todos estos objetos están ahora en mi posesión, y no acaban de perder su antigua y nebulosa enormidad y potencia, su hervor de significado. A través de la curiosa esencia de estos objetos, mi propia existencia – su incognoscibilidad, su mortalidad – empezó a acumular detalles específicos. […]
"El encantador experimento de los Steichen permanece casi en solitario en la estantería, a las puertas de un camino que no llegó a transitarse, a pesar de estar bien trazado por la teoría y brillantemente iluminado por el arte de un maestro. Ahora podemos ver The First Picture Book como el tesoro que es – una colección de brillantes arquetipos, un libro mágico de signos, una cartilla de lectura sin palabras de “primeros afectos” (John Updike)
Hubo una segunda parte: The Second Picture Book, publicado un año más tarde, donde, siguiendo premisas parecidas, se mostraban a niños haciendo cosas con objetos: acciones reconocibles con objetos reconocibles (en algunos casos, no todos, los objetos que habían aparecido en el primero).
Algo me dice que este libro va a entrar y salir de la estantería muchas, muchas veces en los próximos años. El otro libro de Steichen que tenemos en casa, The Family of Children, sale a pasear en todo tipo de ocasiones.
¡Qué entretenido llegar a estos espacios Ellen! haciendo el curso arte, palabra y etc. Disfruto de texto e imágenes, gran encuentro. Gracias por compartir. Ale.
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