lunes, 7 de enero de 2019

Querido John: Maurice Sendak escribe a John Burningham

El pasado 4 de enero falleció el gran autor e ilustrador inglés John Burningham.

Hay varias entradas sobre obras de John Burningham en este blog (por ejemplo aquí o aquí) pero hoy hemos querido traducir y compartir el prefacio de Maurice Sendak del libro autobiográfico John Burningham (Jonathan Cape, Londres. 2009). Aquí tampoco somos más que unos fans amorosos y siempre emocionados al leer sus libros. Allá va.
Querido John: 
Justo acabo de terminar de babear con tu nuevo libro y aquí me tienes al mismo tiempo maravillado y decididamente cabreado por no haberte coleccionado entero.
Tu trabajo, John, es impresionante, delicioso, seductor, delirante y misterioso y a menudo sencillamente loco. 

Imagino que serás consciente de que somos dos de esos chicos tan suertudos que se beneficiaron de la explosión gráfica que comenzó tras la Segunda Guerra Mundial y cuyas fabulosas imágenes poblaron las páginas de la revista Graphis. 

En los emocionantes inicios de la década de los sesenta, Borka y Donde viven los monstruos, publicados en 1963, fueron el resultado directo de esos días de álbumes diseñados con frescura, furia y velocidad. ¡Abajo con los libros ñoños y buenones del siglo XIX que privaban a los niños de su naturaleza animal, de su imaginación salvaje y de su sed de vivir!
El mundo de los libros para niños en inglés respondió enseguida a la nueva revolución gráfica. Los ingleses llevaban ya ventaja con su historial de artistas, empezando por George Cruikshank, Arthur Hughes, Tenniel y Dickie Doyle (por nombrar tan solo unos pocos). Vuestro mundo editorial nuevo y fresco despegó. A América le llevó mucho más tiempo arrancar. No teníamos edición de libros infantiles de ningún calado. Había cosas sueltas - ¿sabías que Winslow Homer ilustró Three Blind Mice*?-. 
Me aventuro a adivinar que, como yo, tú no tenías ni idea de que era un libro infantil propiamente dicho ni de cómo debía ser. Durante esos años cincuenta relajados, hice todo lo que pude para seguir la forma establecida del aspecto que debía tener un libro para niños. Copié, fusilé incluso, con frenesí, a los pocos ilustradores originales con los que me topaba. En mi afortunada ignorancia, me volví loco cruzando líneas en los sombreados para parecerme todo lo posible a Edward Ardizzone y George Cruikshank, y traté de aprender qué era un álbum de verdad fijándome en Randolph Caldecott y William Nicholson.  
Tuve que pasar por muchos libros de "haz esto; no hagas aquello", pero por fin -como debes de haber hecho tú- inventé mi propio concepto de lo que era un libro para niños.  
Los años cincuenta fueron una época penosa y al mismo tiempo fantástica: un momento perfecto para ser aprendiz. No había demasiado dinero que ganar, así que jugamos y ayudamos a crear un nuevo mundo de libros para niños: algo más cercano al propio universo de los niños; un mundo rico en diseño y con resultados espectaculares gracias a los avances en impresión y en procesos de color. Los sesenta fueran el inicio de mi nueva vida creativa y, me atrevo a decir, de la tuya. El mundo oprimido y encorsetado de los libros para niños del siglo 19 se desató y ya pudimos correr libremente.  
No soy más que un fan, John, un fan amoroso y siempre emocionado, que te echo en cara tan solo los ocho años que te saco. ¡Cómo nos hemos divertido! Con suerte, podremos hacerlo un tiempo más. ¡Qué extraño no encontrar la juventud hasta alcanzar la vejez! 
Maurice Sendak 
Connecticut. Otoño 2008. 


*NdT: Three Blind Mice es una famosa "nursery rhyme" o rima tradicional inglesa.

Del libro autobiográfico John Burningham. Jonathan Cape, Londres. 2009.

Ellen Duthie. Lo leemos así. 

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